Estos días
tu recuerdo ya no duele tanto
ya no es un escopetazo,
ni un latigazo amargo
ni un retiro completo del suelo
ni una puntada en la garganta.
Tu recuerdo se parece más a un pellizco
o mejor,
a un empujón o una zancadilla.
¿Será que te estás cansando de aparecer?
¿Será que hay algo mejor allá
entonces
yo
tenía razón?
Será que estás
como me gusta decir
definitivamente más allá de las preguntas.
Ya conoces todas mis miserias y mis cosas buenas
ya no tengo que contartelas.
Si es así, sos el amigo total,
que lo sabe todo.
Sabés
que estoy un poco asustado
que no duermo bien de noche
que me cuesta no fumar
el último cigarrillo.
Estás del otro lado
sos parte del saber universal.
Y yo sigo acá
en mi interpretación de estas moléculas de carbono
lo que llamamos vida.
Tu recuerdo ya no duele tanto
y quizás por eso
pienso
que de alguna manera
se vuelve un ejercicio piadoso.
En suma
tu recuerdo es lo que me diste
una manera de perdonar.
Tal vez un día me acuerde de vos
y me ponga a reír,
sin ninguna razón aparente.
Por el momento
acepto esta forma
de aparecer de imprevisto
tu recuerdo pellizco
que me deja un rato inmóvil
cómo quien salió de su casa
y olvidó las llaves
o la billetera
y está muy lejos para volver.
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