Cierta vez
vi a un perro perseguir a una avioneta.
Correrla a través de la pista
soltando tarascones
al aire
en el momento del despegue.
Un poema se domicilia en ese perro
hay un poema
que alquila una pieza por ahí
el intento desesperado
de morder
aquellas formas que despegan.

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