debajo de mi están
son muchos lunados abismos
espectadores de todos los torsos que tuve cerca
sintientes del profundo universo de mis emociones
y sutiles ventiscas de rarezas
los observo
los toco
los cuento
de a uno
distintos
marrones y dulces
los uno con el trazo de mis dedos
salto sobre ellos
y prendo las notas musicales que escucho
y no se tocar en las cuerdas
ya van dos constelaciones
de muchos lunares ancestrales que cuento
miro los que tengo en el brazo izquierdo
se que son la huella de la bruja ardida por odio
quemada en la plaza del pueblo
la misma de la que jamás me contaron la historia
los del medio son escudo lunero
pienso son estrellas que han muerto hace rato
y cayeron entre los mundos que armo para existir
y seguir respirando lo que no entiendo
hay uno en el centro de mi panza
en él
respiraron mis hijos
por allí
les canté para que duerman de noche
y nazcan con los ojos abiertos
tengo varios
y creo que mañana tendré aún muchos más
quizás me vuelva uno de ellos algún día
y allí sea parte
aún más firme de todo este cosmos
que nada en el flujo de la sangre
en gotitas
y a goteras hacia el cántaro
se agrupan sobre los límites de la piel
juegan y juegan
bailan y bailan
en mi espalda
en mis manos
en mi rostro añejo
en mi toda
respiro el cielo
una nube ha dado la vuelta completa
y los vuelvo a contar

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