Una tarde papá noquea a mamá
y de espaldas a la puerta
mamá llora
poco a poco
en la neblina
en los bordes de las rocas
yo me espeso
y entre latitas de Schneider
y comida chatarra
busco figuras en el cielorraso
ahora
treinta años después
me pregunto
qué músculo
qué ley física
qué sentimiento
impulsó al puño de papá
porque fue mamá
la que al abrir la puerta del mundo
dijo “el puño de tu papá
sobre mi cabeza
fue como un corazón cuando se baña de cristal
y ya no sirve”
ahora
puedo escuchar crujir la rama
treinta años después
que mi corazón de cristal se astillara
ahora
que el mundo me da igual
puedo escuchar crujir la rama
del árbol gigante
ahora
que mamá ya no está
y pegar el oído a la radio
atento a que anuncien alerta metereológica
y ver el mundo
abrirse en dos
puedo escuchar la rama crujir
y contar hasta diez
si es necesario
diez veces diez
si es necesario
cien veces diez
y probar
qué pesado es
y cuán doloroso
sobre todo
cuán doloroso
el techo
estrellándose
sobre mi cuero cabelludo.
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