Cuando digo venga
a nosotros tu reino,
como luz escapada entre dientes
es esta oración.
Ojos de naipes.
Desbaratados,
abruptos pozos
abiertos en el aire.
Cuando digo venga
a nosotros tu reino,
intento
con ganzúa
abrir el único ojo
de la aguja
que aguarda a los pobres.
Cuando digo venga
a nosotros tu reino,
soplo venturosa
sobre ramas secas.
Y enciendo un fuego
para entibiar primero
mi corazón.
📚 Del libro "Intempérica"

No hay comentarios.:
Publicar un comentario