viernes, 21 de noviembre de 2025

Julia Magistratti: Gauchito Gil

El altar es más grande que la casa.


Una joya pintada en el punto más alto

descubre el cuerpo a resguardo

del santo de yeso.


Un sacudón de banderas rojas

ocupa el lugar de la cruz.


En estos pueblos, el santo nunca es idéntico

-la única repetición son los deseos que le piden-.


Con el gesto irreal de los favoritos

armaron una sonrisa del tamaño de los sueños

para que sea un rostro con posibilidades humanas,

la fatal pertenencia al orden de los vivos.


¿Quién hizo este trabajo

de ablandar los materiales

para que un santo de pie

presida la intemperie,

y la detenga?


Siempre el más humilde es el único que cuida de los peligros

de la resignación cristiana,

el más débil, el estanco en la miseria,

arma un rectángulo

una geometría para la acumulación de futuros imposibles.


Ni los perros se guarecen a su sombra.




 

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