Nos desacostumbramos a los sonidos del monte,
al poco cuerpo de la oscuridad,
clavamos nuestros sollozos como espinas
en los pliegues de un idioma que no conocemos
para marcar un camino,
nosotros,
los que no sabemos llorar.
Nos desacostumbramos a los sonidos del monte, al poco cuerpo de la oscuridad, clavamos nuestros sollozos como espinas en los pliegues de un...
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