lunes, 24 de noviembre de 2025

Pablo Anadón: Desayuno

Esta mañana de verdad me bastan

pocas cosas, sabidas y preciosas:

el humo y el sabor del café negro

en el tazón azul sobre la mesa,

entreoír la presencia

de la mujer y de los hijos

en la respiración acompasada

que late en las habitaciones;

las ventanas de par en par abiertas

a la luz y los árboles de octubre,

y ahora, hace un instante, descubrir

esos brotes primeros del geranio

rojo que traje de la casa blanca,

del patio aquel donde jugué de chico.




domingo, 23 de noviembre de 2025

Griselda García: Pa

Usabas camisas color café

jeans gastados

mocasines negros.


Me llevabas en el falcon verde del ´65

con la chapa picada que dejaba ver el asfalto

pasando rápido bajo los pies.


A veces lo que te crecía adentro

te ponía nervioso y me pegabas cachetazos

yo te odiaba.

Pero ahora que no estás te quiero.


Te olvidé

para hacer de cuenta que podía seguir adelante

tener la vida normal de una chica de diez años.


A veces volvés en la tarde

y me esperás a la salida del trabajo

apoyado contra una pared fumando un cigarrillo

con tu camisa color café, marcando en el diario

resultados de viejas loterías

y películas de Polanski.


Nos saludamos, tomás mi bolso, pesado

y nos vamos tomados del brazo

caminando despacito

sin que nadie pueda decir

que estás muerto.



viernes, 21 de noviembre de 2025

Diego L. García: fotografía de un café

leamos los (puntos suspensivos)


como lo que completa la fotografía de un café


y sus circunstancias. en el agua


ondularon palabras y más.


no habría forma más perfecta de seguir


ese curso que nadie ha limpiado


ni limpiará. la cercanía es impensada


para aquello que acontece sin memoria


de un trayecto. de todos modos


basta con el relámpago de saberse en un lugar seguro.


un refugio que el cuerpo reconoce


más allá de toda referencialidad.


las ventanillas del día hicieron un salto imposible.


el punto de descenso nos podría causar gracia


dentro de unos años. ahora no es otra cosa:


la luz sobre el café contornea


universos cerrados para el mundo



Julia Magistratti: Gauchito Gil

El altar es más grande que la casa.


Una joya pintada en el punto más alto

descubre el cuerpo a resguardo

del santo de yeso.


Un sacudón de banderas rojas

ocupa el lugar de la cruz.


En estos pueblos, el santo nunca es idéntico

-la única repetición son los deseos que le piden-.


Con el gesto irreal de los favoritos

armaron una sonrisa del tamaño de los sueños

para que sea un rostro con posibilidades humanas,

la fatal pertenencia al orden de los vivos.


¿Quién hizo este trabajo

de ablandar los materiales

para que un santo de pie

presida la intemperie,

y la detenga?


Siempre el más humilde es el único que cuida de los peligros

de la resignación cristiana,

el más débil, el estanco en la miseria,

arma un rectángulo

una geometría para la acumulación de futuros imposibles.


Ni los perros se guarecen a su sombra.




 

martes, 18 de noviembre de 2025

Juan Manuel Inchauspe: Pensamientos sueltos

Lo que quiero decir

casi siempre me es escamoteado.

Lo que quiero decir, es decir

lo que nunca debiera torcer su dirección,

pero que siempre fatalmente

se tuerce y malogra.

Nunca tuve una buena relación

con las palabras y cuando ellas

me llegan ya casi no me sirven.

Sólo a veces vislumbro la felicidad

de lo que debió haber sido.

Es cuando me abandono, callado y destruido,

al flujo suave de la tarde

sin más intención que la de mirar

el lento movimiento de las nubes

y dejarlas hacer.

Entonces percibo el rumor

sereno y silencioso.

Sentado en mi vieja reposera

miro el cielo vacío

y escucho lo que nunca escuché.

Pero lo escucho como su viniera de muy lejos

y no tuviera para mí

ni principio ni fin

y por eso mismo

nunca pudiera ser escamoteado.

📚 De "Trabajo nocturno"




Dolores Etchecopar: "adiós dije adiós a las palabras"

si tu lengua apoya las cacerías del silencio

sobre mi lengua

hablaré

montaña oscura

madre clavada en la nieve

madre clavada en el ángelus de la caverna

en la vidriera en la rueca de los cuentos

en la tonada de mi tonada puesta del revés

que no puedo sacarme sin muerte

palabras lentas de mi cuerpo en otra parte

palabras fuertes mis enemigas

raspan la noche el sol que me embarazó

sumergida campana que cruza

los caminos y los huesos

me pusieron por nombre una raya roja

en la ingle

alegría

antes que el otoño fusile a las mariposas

estaremos en el fondo de las pudriciones

caballo blanco

tubérculo que brilla en el regazo

y arroja el oro de los muertos

sobre el recién nacido

el sol su cadera móvil y simple

pasará frente al lenguaje

y hablaré

alguien corta los hilos del bosque

y deja los ojos de mi madre

en el suelo oscuro

puestera del silencio

yo vi una luciérnaga

y las llaves que sólo cierran

el alba y los ojos

adiós dije adiós a las palabras

voy a dormir sobre el sexo de un color

el agua que yo tuve en la infancia

está dentro de tu boca

la lentitud abre sus muslos de colores

y me separo de la muerte

con algo que la luna mece en mi cadera

muchacha que saltas a la soga

sobre la vereda caliente

o la caída de las hojas

o el miedo

feroces mandíbulas te educan

puestera del silencio

la camisa planchada y doblada

los ojos de mi madre en el suelo oscuro

adiós dije adiós a las palabras

la basura decora mi piel

como un relámpago

📚 de "Notas salvajes"



lunes, 17 de noviembre de 2025

Alfredo Luna: ¿Y qué he dicho?

El amor viene con su follaje de tinieblas

Y un torrente de astros.


Con el tiempo, este lado y el contrario son lo mismo

los sucedidos cambian de nombre y lugar

y esta pasión cuerpo a cuerpo

devorada por el celo.


Con el tiempo a una se le dan vuelta las cosas

las repite al revés

como si hubiera sucedido mañana.


Con el tiempo a una la dejan sin sueño

sin miedo

sin huesos

lo único cierto

es que hijos se lleva el agua.



Pablo Anadón: Desayuno

Esta mañana de verdad me bastan pocas cosas, sabidas y preciosas: el humo y el sabor del café negro en el tazón azul sobre la mesa, entreoír...